El exceso de información y la incertidumbre de la situación actual hacen que cualquiera pierda la calma. Cuando esto se vuelve constante, el ser entero empieza a resentirse. La clave para recuperar la serenidad en la mente y el cuerpo no es forzarla, sino crear las condiciones favorables para que ocurra naturalmente.
¿Cómo podemos favorecer la serenidad mental y corporal? En esta sesión especial de Yoga podrás explorar la relación entre la gravedad, el equilibrio y la armonía, y cómo tu cuerpo puede convertirse en un espacio de contención y calma.
El encuentro te permitirá:
+ entender la relación entre entrega del peso y relajación + experimentar el rol de los huesos en la expresión de la serenidad + comprender la serenidad en el contexto cambiante de la vida real
REQUISITOS + Mat de Yoga o superficie antideslizante + Frazada (opcional) + No es necesario tener experiencia previa
FECHA Sábado 05 de septiembre
HORARIO 16.30h a 18.30h
MEDIO Zoom
VALOR $10.000 general $8.000 hasta el 2/9/2020 $6.000 si te inscribes con alguien más $5.000 para practicantes con mensualidad en curso
Esta variada jornada tiene como objetivo vivenciar diferentes estilos de Yoga a través de la conexión con los elementos de la tierra. Les daremos vida en nuestro ser a través del cuerpo, la mente, las emociones, la respiración y el alma.
Según el Yoga, toda la materia está compuesta de cinco elementos: akasha (éter), vayu (aire) , agni (fuego), apas (agua) y privithi (tierra). Los elementos impregnan todo el universo y nuestro cuerpo-mente además de poseer una infinita sabiduría en su interior. El conocimiento que contiene nos puede servir de instrumento potente y tangible en el proceso de sanación.
A través de esta práctica inspirada por el elemento aire, podremos pasar del discurso mental al diálogo corporal. Para aliviar la actividad de la mente, canalizaremos sus cualidades volátiles hacia la consciencia del propio espacio somático.
Cultivaremos la respiración como centro de la práctica. La clase estará centrada en explorar, reconocer y movilizar el propio cuerpo con atención. El ritmo moderado de los movimientos permitirá sentir en profundidad el desarrollo de cada postura, y las pausas intermedias ayudarán a asimilar e integrar la experiencia.
Movilizaremos de forma especial el tórax como lugar fundamental del flujo respiratorio a través de diferentes posturas y secuencias, y reconoceremos los segmentos somáticos involucrados en su mecánica. Adaptaremos la práctica a tu estado actual, para que puedas sumergirte en la experiencia de tu respiración de forma íntima.
Cómo participar
La retribución es de $8.000 general ($6.000 para practicantes de las escuelas asociadas), y te permitirá tomar todas las clases de la jornada.
Para mayor información, por favor comunícate al siguiente número:
Cuando ya no tenemos ganas de hacer nada, ¿qué nos queda? La suma de la incertidumbre, el encierro y la crisis que componen la situación actual muchas veces se vuelve abrumadora, y provoca que el ánimo baje y que la energía se debilite.
¿Cómo podemos recuperar la voluntad? En esta sesión especial de Yoga podrás explorar la presencia de la voluntad en tu propio cuerpo. Exploraremos cómo manifestar la voluntad corporalmente, caminos para cultivarla en lo cotidiano y la forma en que afecta nuestras posibilidades de acción.
El encuentro te permitirá: + experimentar el rol de los músculos en la expresión de la voluntad + aprender a cultivar la voluntad en las acciones cotidianas + entender la relación entre voluntad y la disposición hacia el presente
REQUISITOS + Mat de Yoga o superficie antideslizante + Frazada (opcional) + No es necesario tener experiencia previa
FECHA Sábado 22 de agosto
HORARIO 11.00h a 13.00h
MEDIO Zoom
VALOR $10.000 general $8.000 hasta el 10/8/2020 $6.000 por persona si te inscribes junto a alguien más $5.000 para practicantes con mensualidad en curso
Inmersión en Yoga es un ciclo de 4 sesiones prácticas para personas que quieran explorar su propia experiencia somática a través del Yoga. No requiere entrenamiento previo, y está orientado a quienes deseen comenzar a practicar desde cero.
Conocerás los fundamentos de la práctica, aprenderás a realizar las principales posturas en detalle, de forma gradual, y adaptadas a tu condición y experiencia actuales.
¿Puedes participar si no te sientes flexible? ¡Por supuesto! Revisa las preguntas más frecuentes en torno a la inmersión en el Yoga para ir resolviendo dudas y derribando mitos.
CICLO COMPLETO (4 sesiones) $35.000 (valor general) $25.000 (promoción hasta el 2.3.2020)
SESIÓN ÚNICA $10.000
MATERIAL INCLUIDO Guía impresa (o digital) con las secuencias y posturas practicadas durante las sesiones, con sus detalles de construcción, práctica y variantes.
Si te interesan los beneficios corporales y mentales del Yoga, quieres comenzar a mover el cuerpo conscientemente o simplemente sientes curiosidad por la práctica, esta es la oportunidad precisa para zambullirte de una vez e impulsar tu cultivo somático.
Los cupos son limitados. Para reservar tu espacio, contáctame directamente (+569 6112 1646 | contacto@robertorombo.cl), o usa el formulario a continuación.
Hace mucho tiempo quería crear una revista de Yoga, y hace poco logré llevarla a la realidad. Unisoma es una revista ilustrada de bolsillo que habla sobre Yoga y dignidad somática. Incluye experiencias, técnicas y perspectivas en torno a la práctica de Yoga y al reconocimiento del cuerpo como un espacio de dignidad.
Unisoma #i: cuerpos ajenos
El primer número de Unisoma se centra en un tema muy importante dentro de mi historia personal y mi práctica de Yoga: los cuerpos ajenos. ¿De qué manera los otros cuerpos afectan el propio? ¿Hasta qué punto la presencia de otra persona modifica mi actitud?
La revista aborda esta problemática desde distintos ángulos, e incluye la visión de una invitada sorpresa que responde desde su perspectiva la cuestión central de la publicación: ¿cómo influyen los cuerpos ajenos en tu propio cuerpo?
Contenidos de Unisoma #i
Editorial | Los ojos en el mat vecino Perspectiva | ¿Cómo influyen los cuerpos ajenos en tu propio cuerpo? Yoga | Respiración y reacción Soma | Presencia somática Dignidad | El color que habitamos
La revista ya está a la venta en formato impreso y digital. Puedes conseguirla aquí:
Inmersión en Yoga es un ciclo de 4 sesiones prácticas para personas que quieran explorar su propia experiencia somática a través del Yoga. No requiere experiencia previa, y está orientado a quienes quieren comenzar a practicar desde cero.
Practicaremos asanas (posturas) fundamentales en detalle, de forma gradual, y las adaptaremos a la condición actual y requerimientos de cada participante.
CICLO COMPLETO (4 sesiones) $24.000 (valor general) $16.000 (promoción hasta el 5.8.19)
SESIÓN ÚNICA $6.000
Si te interesan los beneficios corporales y mentales del Yoga, quieres comenzar a mover el cuerpo conscientemente o simplemente sientes curiosidad por la práctica, esta es la oportunidad precisa para zambullirte de una vez e impulsar tu cultivo somático.
Reserva de espacio
Los cupos son limitados. Para reservar tu espacio, contáctame directamente (+569 6112 1646 | contacto@robertorombo.cl), o usa el formulario a continuación.
Hoy fui invitado por Centro Nitram a realizar dos sesiones de introducción al Yoga, para el personal de la empresa india Tata Motors, en Buin. Conmemoramos el Día del Yoga 2019 con movimientos conscientes, acciones somáticas y la observación de la propia experiencia corporal.
Comenzar a practicar Yoga es una decisión que cambia para siempre la perspectiva sobre el cuerpo, la consciencia y la vida. Muchas veces las ganas y la curiosidad están, pero hay temores y mitos que retrasan o postergan de forma indefinida el primer paso. Revisa cuál es el «no» que aún te impide sumergirte en la práctica, convierte la excusa en motivación y cuéntame si hay alguno que falte en la lista.
No necesitas ser flexible para practicar Yoga. Todo lo contrario: si sientes que te falta flexibilidad, entonces te vendría muy, muy bien comenzar a entrenar tu cuerpo a través de asanas (posturas de Yoga). Es como si te resistieras a visitar a tu dentista porque tienes caries, o evitar tomar una clase de cocina porque no sabes cocinar.
Me da la impresión de que esta idea de entender la flexibilidad como un requisito para practicar viene de la publicidad en torno al Yoga y su imagen en películas, teleseries y programas. Han mostrado por décadas solamente las posturas de apariencia complicada, ignorando muchas veces el entrenamiento y la preparación para construirlas, y transmiten erróneamente el mensaje de que Yoga = flexibilidad física.
Si comienzas a practicar conscientemente, poco a poco empezarás a sentir aquellas zonas que presentan menos movilidad, y con el tiempo y la práctica tu musculatura se volverá más elástica. También te darás cuenta de que la flexibilidad es distinta en cada segmento de tu cuerpo, y que el mundo no se divide entre «troncos» y contorsionistas.
Mi enfoque personal es ejercitar la flexibilidad por medio de una práctica digna, que considera un entrenamiento centrado en el presente, las sensaciones y las condiciones personales.
2. No tengo fuerza ni agilidad
Muy parecido al punto anterior: no necesitas ser «fuerte» ni ágil para comenzar. El entrenamiento a través de posturas y secuencias permite que vayas construyendo fuerza gradualmente, y que aprendas a mover tu cuerpo con gracia e intención.
¿Qué es ser «fuerte»? Muchas personas asocian la fuerza con brazos y piernas de grandes músculos, típicamente en un cuerpo masculino. Sin embargo, el volumen muscular no necesariamente equivale a tener fuerza. Con esto quiero decir que, de seguro, tus brazos y piernas ya tienen la fuerza suficiente para comenzar a practicar las posturas fundamentales. A través de un entrenamiento atento y regular, con el tiempo vas potenciando y expandiendo esa fuerza y experimentando de forma progresiva nuevos niveles de consciencia corporal.
3. No comparto sus creencias religiosas
No es necesario tener ninguna creencia religiosa particular para practicar, al menos en mis clases y en muchas otras. Si bien el Yoga tiene sus raíces en la religión hinduista, hoy en día existe un amplio espectro de enfoques en torno a su naturaleza religiosa, que abordan con mayor o menor cercanía sus fundamentos. No me parece constructivo (ni tampoco posible) forzar creencias espirituales sobre otras personas, por lo tanto no lo acepto sobre mí y aplico el mismo criterio con mis practicantes.
Si sigues algún sistema espiritual tradicional o personal, puedes preguntarte de qué manera integrarías la práctica de Yoga. Cuando observamos la espiritualidad con una visión que trasciende las diferencias en la forma, podemos ver que en el fondo todas aluden a algún tipo de unión, que es justamente lo que significa «yoga».
Según mi humilde y subjetiva visión, pienso que sí es necesario creer en la propia experiencia corporal. Para mí no hay nada más sagrado que percibir cómo ocurre la propia respiración, la forma en que la energía circula por mi cuerpo y el diálogo que establece mi corporalidad con el exterior y el interior a través de sentidos y sensaciones.
4. No puedo hacer las posturas
La práctica de posturas de Yoga es un verdadero arte que toma tiempo y paciencia, cuando se realiza desde la consciencia y la contemplación. Creo que un buen enfoque es intentar seguir las instrucciones lo mejor posible cada vez, con consciencia sobre lo que ocurre en el cuerpo y la mente, y orientar la atención hacia la experiencia corporal de realizar la postura, alejándonos de la imagen mental de cómo debería ser.
Desde esta perspectiva, mientras sigas los principios de una alineación segura y saludable, no interesa si las manos tocan o no los pies, si los talones llegan o no al suelo o si tu versión de la postura es diferente a la de la persona de al lado (o a quien guía la clase, o a la foto de Instagram, o a la de un gurú famoso).
No necesitamos impresionar a la persona del mat de al lado con nuestra postura, ni tampoco su validación para que sea valiosa.
Es muy enriquecedor practicar Yoga en grupo, porque el espacio colectivo permite sostener y contener el entrenamiento de todos y compartir las experiencias que surgen. Sin embargo, el camino del Yoga nace de la consciencia personal, y se basa en enfocar la atención en la propia experiencia. Por lo tanto, podemos aprovechar la instancia para darnos cuenta de que no necesitamos impresionar a la persona del mat de al lado con nuestra postura, ni tampoco su validación para que sea valiosa.
Es muy común que tengamos incorporada la idea de «logro» en nuestra consciencia (o en las profundidades del inconsciente): queremos fijar metas continuamente y cumplirlas para sentir el éxito. El Yoga abre la oportunidad de explorar la vida desde una visión complementaria: la contemplación del presente, para observar cómo se desenvuelve la vida alrededor y a través de la propia existencia.
En el contexto de las posturas, por ejemplo, esto significa que no poder tocar los pies con las manos forma parte de la experiencia actual, y por lo tanto dejamos de negarlo, lo aceptamos, y podemos modificar la postura (bajo la instrucción de quien guía) para aprovecharla de mejor manera y acceder a una consciencia más profunda.
5. No puedo poner la mente en blanco
No es necesario poner la mente en blanco para practicar. Durante las primeras etapas de la práctica de posturas de Yoga (yo diría al menos los primeros 5 años), la mente va a tener un montón de información para entretenerse: la posición de la cabeza en relación al corazón, los cambios de temperatura y sensibilidad en la piel y en el interior, la ubicación de manos y pies, la distribución del peso entre los apoyos, la acción de la columna, el reparto del esfuerzo, la dirección de la coronilla y de los talones, la intención del pecho, y decenas de otras señales.
De forma transversal a estos estímulos, la mente va a buscar un foco fundamental, tanto en posturas estáticas como en secuencias dinámicas: la respiración. El proceso respiratorio es abundante en sensaciones, afecta directa e indirectamente todos los segmentos corporales, ocurre de manera permanente y puede ser modificado a voluntad.
Por lo tanto, creo que no es necesario (ni útil) intentar forzar la mente hacia la «blancura». El ejercicio mismo de llevar la mente al cuerpo es lo que permite darle un descanso.
6. No tengo un cuerpo delgado
No sé si el cuerpo del joven de la imagen es delgado o no, pero sí sé que se convirtió en uno de los maestros de Yoga contemporáneo más importantes, B.K.S. Iyengar
No necesitas tener ningún tipo especial de cuerpo para practicar Yoga. Es común pensar que tener un cuerpo «delgado» es requisito para entrenar las posturas, tal vez porque muchas personas que han practicado por varios años han logrado armonizar su peso (que no necesariamente significa lograr una contextura delgada, ya que esto depende de un montón de factores, como la constitución corporal y la genética).
Lo que sí requieres es prestar atención a las condiciones actuales de tu corporalidad y adaptar la práctica de forma apropiada. Es muy importante, por ejemplo, cuidar todas las articulaciones. Por lo tanto, independiente de tu peso, es crucial adecuar las posturas individualmente para que se construyan desde la alineación de los huesos y la sinergia muscular, y no desde el estrés articular.
7. No tengo una dieta vegetariana
No es requisito tener ningún tipo de dieta para comenzar a practicar. Es cierto que ciertos textos clásicos del Yoga, como el Hatha Yoga Pradipika, indican en detalle los alimentos permitidos y prohibidos en la dieta de un yogi. Sin embargo, en el mismo escrito se menciona, por ejemplo, la necesidad de practicar en un espacio solitario, retirado y «sin ventanas». Creo que es importante contextualizar los textos fundacionales temporal, geográfica y culturalmente, y tomarlos como una inspiración para la práctica personal en lugar de convertir sus reglas en el credo personal.
Según mi experiencia como practicante y profesor, lo que suele pasar en muchos casos es que, durante el proceso de la práctica, se desarrolla (o tal vez, se recupera) una sensibilidad consciente sobre los alimentos que ingerimos. Surge una intuición corporal, que se conecta con lo que el propio cuerpo requiere y ayuda a discernir desde sus necesidades. Se vuelve más fácil identificar qué comida nos hace bien, nos aporta energía y nos hace sentir vitalidad. Podemos aprovechar estas sensaciones para hacer ajustes en nuestro consumo y reducir o evitar lo que nos causa malestar, pesadez o desgaste, o transformar los hábitos alimenticios perjudiciales.
8. No tengo una vida saludable
No necesitas tener ningún estilo de vida específico para comenzar a practicar, mientras respetes el de quienes practican contigo. Como el caso de la alimentación, es frecuente que al practicar vayas adquiriendo una nueva consciencia sobre tus hábitos en general. Esta forma atenta de observar tu propia vida nace, en parte, de la recuperación de la sensibilidad del cuerpo, y la integración de la mente a las acciones corporales.
Además de hacer más consciente tu alimentación, también te das cuenta de tus patrones de sueño, de las actividades que consumen en exceso tu energía física y emocional, y aquellas que la nutren y la armonizan. La práctica te da la oportunidad de pensar qué significa para ti tener una vida saludable, y tomar los pasos para hacerla realidad.
9. No tengo mucho tiempo disponible
No necesitas emplear demasiado tiempo en la semana para practicar, a menos que quieras. Hoy en día hay muchos espacios para practicar Yoga, por lo que es cada vez más fácil encontrar un lugar en el camino al hogar o al trabajo. Lo que puede ser más complicado es dejar que la práctica forme parte de la rutina.
Las clases de Yoga actualmente varían su duración entre 45 minutos y 2 horas o más. Para entrenar la voluntad y desarrollar regularidad, recomiendo comenzar a practicar al menos 2 veces por semana. Es verdad que ese tiempo podrías dedicarlo a otras actividades o encuentros (o a navegar y perderte en el infinito mar de las redes sociales), pero puedes tomarlo como un espacio para encontrarte con tu propio ser y profundizar la relación que tienes contigo y con tu cuerpo.
Si te parece muy extraño dejar un espacio en la semana para tu propio cultivo personal, entonces definitivamente te haría muy bien hacerlo.
Exploración, perspectiva, adaptación y consciencia
En resumen, para comenzar a practicar Yoga requieres muy poco. Necesitas tener la curiosidad de explorar la relación entre el cuerpo y la mente desde una perspectiva amable y no forzada, abrirte a tomar una perspectiva centrada en tu experiencia personal, adaptar la práctica a tus condiciones actuales y entrenar conscientemente desde ellas abordando tus límites con respeto.
Imersión en Yoga: práctica desde cero
Si quieres entrar al Yoga a través de una práctica consciente, sostenible y digna, te invito a sumarte al ciclo de Inmersión en Yoga que estaré entregando en junio. Será un programa de 4 sesiones orientado especialmente a personas sin experiencia, donde dialogaremos sobre los fundamentos del Yoga y los pondremos en práctica gradualmente a través de posturas, respiración y meditación.
Comenzar a practicar Yoga es un importante paso hacia una vida más digna. Cuando reconocemos la importancia de nuestro cuerpo, lo cultivamos de manera consciente y lo dignificamos, dándole el espacio y tiempo que necesita, todas las áreas de nuestra vida se vuelven más conscientes: relaciones, actividades, hábitos.
Este ciclo de 4 sesiones está orientado a personas sin experiencia en Yoga que deseen comenzar a practicar, y a quienes quieran explorar los principios de una práctica consciente, sostenible y digna.
En esta versión actualizada del ciclo anterior, dialogaremos sobre los fundamentos del Yoga desde su relación con la vida cotidiana y la experiencia personal, realizaremos ejercicios para aplicarlos de forma concreta, y los integraremos en una práctica integral que incluye posturas y secuencias, respiración y meditación.
Programa
JUNIO 2019
Sábado 8 | 10.30 a 12.30 Atención y presencia Cómo sentir el cuerpo plenamente
Sábado 15 | 10.30 a 12.30 Respiración y movimiento Cómo mover el cuerpo conscientemente
Sábado 22 | 10.30 a 12.30 Concisión y energía Cómo cultivar la fuerza en armonía
Sábado 29 | 10.30 a 12.30 Adaptación y límites Cómo desarrollar flexibilidad de forma sostenible
Valores
Cada sesión $15.000 $13.500 hasta el 5/6/19
Ciclo completo (4 sesiones) $48.000 $43.000 hasta el 5/6/19
Los cupos son limitados. Reserva el tuyo pronto, contactándome directamente (+569 6112 1646 | contacto@robertorombo.cl), o usando el formulario a continuación.
Si sientes que tienes una «mala postura» o hábitos posturales que te producen malestar, te invito a esa sesión para que abramos el diálogo en torno a la salud de la columna vertebral, y también a su relación con la actitud mental frente los eventos de la vida.
Exploraremos la columna desde el movimiento consciente en sus diferentes ejes, tanto para despertarla como para disipar tensiones. Conversaremos sobre hábitos posturales saludables y ejercicios para actividades que requieren pasar tiempos prolongados en ciertas posiciones (oficina, trabajos manuales, atención al público).
Descubrirás en qué grado tus hábitos posturales determinan tu actitud, y cómo puedes aprovechar esa conexión a tu favor. Practicaremos diferentes técnicas de Yoga y Meditación para estirar, fortalecer y relajar la columna y convertirla en el eje de una postura armónica.
Programa
¿Cómo nos relacionamos con el entorno a través de la actitud corporal?
¿Cuáles son tus hábitos posturales?
¿Cómo influye la postura corporal en la actitud mental?
¿Cómo se organiza la columna vertebral para armar la postura?
¿De qué forma se relacionan la postura y la respiración?
$15.000 valor general $13.500 si pagas hasta el martes 4 de junio
Metodología
Diálogo: discutiremos los principios corporales, mentales y energéticos de cada tema, y compartiremos las experiencias personales para ajustar cada actividad a las necesidades propias.
Práctica: explicaremos y practicaremos técnicas del Yoga orientadas tanto a armonizar el estado psicoemocional, como a despertar y cultivar una postura consciente. Realizaremos posturas y técnicas respiratorias y meditativas que puedes incorporar a tu rutina.