
YOGA, CUERPO Y DIGNIDAD
Tengo la convicción de que podemos despertar y expresar corporalmente la dignidad de nuestro ser a través del Yoga. Por eso, he decidido construir las bases de mi práctica personal y la de mis practicantes sobre estos tres pilares: Yoga, cuerpo y dignidad.
El Yoga es una puerta hacia el espacio somático
Creo que podemos crear espacios de contemplación en cualquier lugar y momento, si usamos el Yoga como medio para aprender a sentir y cultivar la presencia propia. Cuando practicamos conscientemente la observación de la experiencia personal, convertimos la presencia en un recurso disponible en nuestra vida, y podemos atender nuestras reacciones y aprender a transformarlas en respuestas conscientes.
El cuerpo es el espacio de contemplación más importante
Creo que el cuerpo tiene el poder de conectarse con la experiencia presente de manera profunda, y que su movimiento consciente permite integrar las dimensiones del propio ser. Es un espacio que necesita ser observado, sentido y cultivado en nuestro paso por la vida. Cuando aprendemos a habitar el propio cuerpo, se convierte en el soporte de la armonía personal.
La dignidad en la actitud refleja la belleza del ser
Creo que una postura elegante, erguida y digna ante la vida expresa la disposición a la existencia, que para mí es la intención más profunda del ser, tanto en el gesto corporal como en la actitud mental. Cuando una acción se realiza desde un esfuerzo consciente, con una intención clara y sin violencia, la energía se moviliza en armonía.